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¿Qué es la portabilidad financiera?

A pesar de ser un concepto popular, muy pocas personas conocen en profundidad qué es la portabilidad financiera.

Feña Vargas

Feña Vargas

19 de octubre de 2021 4 min

Portabilidad financiera

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 Es un término más bien logístico. La portabilidad financiera conlleva múltiples beneficios para quienes hacen uso de ella. Si has oído este concepto con anterioridad y estás interesado en aprender más al respecto, entonces este post es para ti. Sigue leyendo y descúbrelo todo.

¿Qué es la portabilidad financiera?: Aspectos Generales

La portabilidad financiera es un proceso con el que se busca facilitar el cambio de institución financiera a las personas que posean cuentas de ahorro, chequeras electrónicas, cuentas vistas, líneas de crédito, tarjetas de crédito y débito, créditos de consumo, hipotecarios, etcétera. 

La portabilidad entre las instituciones es enunciada en la ley N°21 236, que permite tanto a las personas naturales como jurídicas cambiarse de una institución a otra. Esta ley entró en vigencia el 08 de septiembre de 2020.

Tiene como fin que los usuarios, ante mejores expectativas con uno u otro proveedor de servicios, puedan cambiarse de institución sin problema alguno. Además, esta ley establece que la portabilidad financiera es un derecho para el cliente, por lo que todas las organizaciones, bancos, aseguradoras, etcétera deben ofrecer y facilitar este servicio.  

¿A qué productos y servicios afecta?

Entre los productos y servicios que puedes portar entre las entidades financieras, se encuentran los siguientes:

  • Cuenta corriente.

  • Crédito de consumo.

  • Tarjetas de débito. 

  • Tarjetas de crédito.

  • Crédito automotriz.

  • Crédito hipotecario

¿A qué entidades afecta?

Puedes cambiarte entre diferentes entidades financieras sin importar su naturaleza, tamaño o razón social. No es necesario que sea el mismo tipo de entidad financiera. Además, puedes cambiar uno o más productos dependiendo de lo que necesites. 

  • Bancos.

  • Agentes administradores de mutuos hipotecarios.

  • Compañías de seguros.

  • Cooperativas de ahorro y crédito.

  • Emisores de tarjetas.

  • Instituciones que invierten fondos de manera masiva (empresas que otorgan créditos automotrices).

  • Cajas de compensación.

  • Entidades fiscalizadas por la CMF. 

¿Cómo funciona?

La portabilidad financiera tiene dos modalidades:

  •  Portabilidad sin subrogación. El cliente contrata servicios o productos financieros con una nueva entidad financiera y pone término a uno o más productos que mantenía con el anterior proveedor. De esta forma, se extinguen las garantías o cauciones que se contemplaban para asegurar su pago con el proveedor inicial.

  • Portabilidad con subrogación. El cliente contrata un crédito con una nueva entidad financiera para pagar otro crédito vigente o que tenía con una anterior organización. Con esto se produce una sustitución del crédito. 

La portabilidad financiera comienza cuando tú como cliente le presentas una solicitud de portabilidad a una entidad financiera. Cuando este proveedor tenga tu solicitud y toda tu información en su poder, contactará a tu proveedor inicial para solicitar el certificado de liquidación, si no lo has entregado tú mismo.

El plazo para hacer llegar este documento es de 5 días hábiles. Este certificado debe contener toda la información relacionada, es decir, el valor total, el plazo, la tasa de interés, el monto del crédito y lo que se debe pagar para poner término al contrato. 

En la solicitud, debes declarar explícitamente tu intención de cambiarte de organización, además de mencionar quién es tu proveedor inicial, qué productos has contratado y que solicitas poner término en caso de aceptar la oferta. 

A la vez, el proveedor tiene que presentarte una oferta de portabilidad por escrito que tenga lo siguiente:

  • Una declaración específica de los servicios o productos que te ofrece, los detalles de la oferta, el costo del crédito y los plazos de pago.

  • Una declaración específica de los servicios o productos que mantienes con tu entidad financiera inicial. Debe aclarar los montos y los fondos requeridos para el mandato de término. 

¿Qué hacer si aceptas la oferta de disponibilidad?

Deberás comunicar tu decisión al nuevo proveedor de forma física o digital dentro del periodo de vigencia. Este periodo no puede ser inferior a siete días hábiles bancarios. Cuando haces llegar tu aceptación, otorgas un mandato de término a la nueva entidad financiera. Esta entidad tendrá, entonces, toda la facultad para realizar las comunicaciones y requerimientos pertinentes, así como los pagos para con la anterior entidad en tu nombre. 

Los productos y servicios que has contratado con la nueva organización financiera deberán quedar operativos y listos para tu uso, a más tardar, el día siguiente hábil bancario desde la firma de los contratos. Si esto no se lleva a cabo, siempre puedes dar de baja el nuevo contrato y buscar otro proveedor o pedir las explicaciones pertinentes. 

Portabilidad financiera: ¿en qué debes fijarte?

Cuando recibas la oferta de disponibilidad, recibirás un documento estándar en el cual podrás comparar las características de los productos o servicios que tienes actualmente con los que la nueva entidad te ofrece. Estudia los gráficos de las ofertas y saca las conclusiones pertinentes. Ahora que ya sabes qué es la portabilidad financiera, podrás beneficiarte de esta si lo requieres.

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