La clonación de tarjetas es un problema que se ha incrementado en los últimos años. Cada vez hay más víctimas de este tipo de estafa.
Una de las técnicas más comunes que usan los estafadores para clonar una tarjeta es pasar la banda magnética por un skimmer con la intención de copiarla y poder usarla en otra tarjeta. Sin embargo, hay muchas otras formas de hacerlo, como robar los datos de acceso al banco u obtener directamente los datos de una tarjeta.Lo bueno es que puedes evitar este tipo de estafas con las buenas prácticas y medidas de resguardo pertinentes.
Cuando estés realizando un pago en un local comercial o sacando dinero del cajero, al momento de introducir tu clave, oculta con tu mano los botones que estás presionando para evitar que otras personas a tu alrededor los vean.Las personas que buscan clonar tarjetas pueden estar en cualquier parte y, por lo general, pasan desapercibidas. Mejor asegúrate de que nadie vea tu contraseña.
A todos nos gusta hacer uso de una red de wifi gratis cuando la pillamos, pero es importante limitar su uso a la mensajería rápida y al navegador de Google.Puedes encontrarte en un gran riesgo de clonación de tarjetas si entras a tu cuenta del banco. Las redes públicas no tienen una encriptación, así que cualquiera con unos pocos conocimientos cibernéticos puede conectarse y visualizar lo que otros usuarios hacen a través de ellas. ¡De esta manera pueden obtener tus datos!
El banco nunca te pedirá las claves de tus cuentas ni el número completo de tu tarjeta de crédito. Una entidad bancaria oficial corroborará tu identidad mediante preguntas de seguridad como tu fecha de nacimiento, el nombre de tus padres, etc.
Es recomendable que actualices tu clave al menos cada tres meses. De esta manera, las datos de tu tarjeta siempre serán nuevos y estarán seguros.Con actualizar no nos referimos a hacer una pequeña variación de tu clave, sino a poner números totalmente nuevos y, preferiblemente, no estén vinculados a fechas especiales o información personal.
Una técnica muy frecuente que utilizan los estafadores para conseguir los datos de cuentas es realizar llamadas telefónicas haciéndose pasar por un ejecutivo bancario. Para convencer a los usuarios de compartir sus datos, usan el pretexto de querer realizar una devolución de excedentes.Es importante tener presente que el banco nunca te pedirá información confidencial como tus contraseñas o clave de coordenadas. Si alguien llega a pedirte datos como estos, seguro que se trata de un fraude bancario.
Otra técnica telefónica muy utilizada es enviar un mensaje de texto indicando que tu tarjeta ha sido bloqueada y debes ingresar tus datos para desbloquearla. Para esto, comparten un enlace que copia toda la información que ingreses.
Los teléfonos no son el único medio que utilizan los estafadores para conseguir acceso a las cuentas bancarias de las personas, el correo electrónico también es un medio muy común.El conocido phishing consiste en el envío de correos electrónicos que parecen venir de una fuente confiable. Los correos falsos siguen los mismos patrones de diseño y comunicación de los correos que realmente son enviados por el banco.Estos correos contienen enlaces a sitios web maliciosos que, al igual que en el caso de los mensajes de texto, son utilizados para copiar la información personal de los usuarios que ingresan.Esta estafa es la más difícil de identificar, ya que los correos son muy parecidos a los que genuinamente envían las entidades financieras. Para evitar caer en esta técnica, siempre debes chequear la fuente que envía el correo y leer con atención la URL del enlace que ha compartido. Si no es una URL oficial de tu banco, no ingreses ningún dato personal.
La clonación de tarjetas sucede demasiado rápido y, muchas veces, no somos conscientes de que nos han clonado la tarjeta hasta que ya han gastado nuestro dinero. Si detectas cualquier movimiento que no reconozcas, por muy insignificante que sea, llama a tu banco inmediatamente. Muchas veces, los clonadores de tarjeta empiezan con compras pequeñas para no llamar la atención.
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